!DOCTYPE html> 1238342242962343
top of page

¡ EL SECRETO PARA CAUTIVAR A SUS CLIENTES !

Por: L.A.E. Pablo Alberto Pérez Montes

En esta ocasión analizaremos dos de ellas y la forma de satisfacerlas, pero antes le invito a pensar
en lo siguiente: Si usted asistiera a una fiesta, ¿no le gustaría que quien le invitó saliera a recibirle?, ¿que le mostrara su alegría de verle con una sincera sonrisa?, y le dijera algo como: ¡qué bueno que llegaste!, ¡pasa por favor!, ¡siéntate aquí!, ¿qué te ofrezco de tomar?… yo creo que sí, pues al fin y al cabo fue esa persona quien le pidió que viniera, ¿por qué no habría de hacerlo así?.

Ahora piense en la situación contraria. Usted llega, nadie lo recibe, todo mundo lo mira y algunas personas murmuran a su espalda, hasta que finalmente se acerca un desconocido para decirle en donde se encuentra la mesa para que pueda dejar el “regalo”, usted recibe el mensaje: “nos importa el regalo….no el invitado”.

Pues ya entrados en comparaciones, permítame decirle que en su empresa puede estar ocurriendo lo mismo, su invitado puede encontrarse con verdaderos “robots” ocupados en su quehaceres y rutinas diarias, que pasan por alto su llegada, o con verdaderos anfitriones que se ocupen de hacerle agradable el contacto con la empresa.

Al proponerle el termino Anfitrión, me refiero a cualquier persona de su compañía, (desde el propietario o gerente, hasta el personal operativo de menor rango), que al momento de entrar en contacto con el cliente, se esmera en atenderle y servirle con amabilidad y eficiencia, es decir, que cualquiera de los integrantes de la organización se convierte en un anfitrión en el momento mismo de interactuar con el cliente. ¡Venda este concepto a su personal!

Un verdadero anfitrión se mantiene al pendiente de satisfacer estas cuatro necesidades que comentaremos.

La primer necesidad que tienen sus clientes es la necesidad de sentirse bien recibidos, y lo primero que hay que hacer después de establecer el contacto visual es brindarles una sonrisa, pero no se confunda, una sonrisa no significa mostrar la parte frontal de lo dientes, ni mucho menos enviar las comisuras de los labios con dirección a las orejas, una sonrisa es algo más, es una expresión corporal que le indica a su cliente: ¡Me da gusto verte!. Por favor no enseñe a su personal a fingir una sonrisa, mejor explíqueles por que la llegada de un cliente es lo mejor que les puede ocurrir a todos (ventas, ingresos, empleos, mejor calidad de vida para la familia, progreso, etc.). Si logra que lo comprendan con claridad, la sonrisa aparecerá sola en su rostro, en su cuerpo, después de todo los clientes hacen posible todo eso, ¿no es algo para dar gusto?, pues entonces ¡sonríales!

Continuando con esta necesidad, además de sonreír al cliente, haga que su personal lo reciba con un saludo reforzado, sí, leyó bien, dice reforzado, pero ¿que es esto?, es un saludo común como “buenos días” “buenas tardes” o “buenas noches”, al que se le agrega una palabra, antes o después para hacerlo diferente, para darle un toque de afectividad, como por ejemplo: muy buenos días o buenos días bienvenido. Las palabras “muy” y “bienvenido” son las que hacen que un saludo común se convierta en un saludo especial; en un saludo reforzado.

El saludo también debe ser general, es decir a todas las personas, porque para otorgarlo, no se debe distinguir raza, nivel socioeconómico, edad o sexo. Todas las personas que se aprecian y respetan se saludan ya que de no hacerlo estarían creando un clima de tensión, conflicto o discordia. ¿Es así como quiere iniciar su trato con los clientes?

Finalmente y para cerrar con broche de oro la satisfacción de esta primer necesidad que estamos analizando, diseñe una frase de servicio para que su personal se dirija al cliente al momento de recibirlo, como por ejemplo: ¿en que puedo servirle?, ¿puedo ayudarle?, ¿ya le están atendiendo?, ¡a sus órdenes señor! y por favor trate a toda costa de evitar expresiones como: ¿diga?, ¿qué quería?, ¿que buscaba?, ¿qué necesita?, etc. Ya que además de ser monótonas y aburridas reflejan una escasa disposición de servir.

Un “protocolo de recepción”, es la integración del contacto visual, la sonrisa, el saludo reforzado y la frase de servicio al cliente, he  aquí algunos ejemplos:
Primero hacemos contacto visual y sonreímos al cliente para después decirle:
Muy buenas tardes Sr. ¿en que puedo servirle?
Buenos días señorita, ¿puedo ayudarle?
Bienvenidos, ¿ya les están atendiendo?

Amigo y amiga lectores, ¿Su empresa ya tiene un protocolo de recepción?

 

 

“Si usted satisface las necesidades personales de sus clientes internos, ellos solo las reflejarán, por lo tanto hágalos sentirse bien recibidos e importantes en su empresa, sus ventas se lo agradecerán”.

*El Licenciado Pablo Alberto Pérez Montes es director de MERCADEHO Mercadotecnia y Capacitación para el Desarrollo Humano y Organizacional, una de las mejores empresas de capacitacion en León, Guanajuato. Si desea ponerse en contacto con él o hacer algún comentario a este artículo puede escribir a:  mercadeho@prodigy.net.mx

bottom of page